Una serie de hechos acaecidos recientemente, ha motivado que el viajero reflexione seriamente sobre la conveniencia de contratar un Seguro de Vacaciones, llegando a la conclusión de que es positivo hacerlo.
En efecto, las contingencias derivadas de toda una serie de eventualidades de muy diverso componente, (naturales, sociales, laborales, políticas), ocurridas en un espacio de tiempo realmente corto, han hecho que gran parte de los que se disponen a viajar —particularmente si se trata de viajes de ocio— se inclinen por contratar un seguro de cancelación para todos los viajes internacionales y con algunas excepciones, también para los viajes en territorio nacional. Las excepciones estarían justificadas, en lo se refiere a los pasajes, en los viajes nacionales o a países próximos, contratados sobre tarifas de bajo costo.
Hay que tener presente que si se anula el viaje y no se dispone de seguro de cancelación, habrá que afrontar los gastos de gestión y expedición del pasaje. Por tanto, el riesgo existe; la opción de asegurarlo o asumirlo es cuestión personal de cada uno.
Otra forma de eludir los costes de cancelación es que el pago del viaje se haga con determinadas tarjetas de crédito, puesto que llevan incorporada una póliza que cubre ese compromiso. Subrayamos, lo de determinadas, porque no todas las tarjetas tienen la cualidad de aportar la citada cobertura.
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Otras coberturas interesantes en el Seguro de Vacaciones.
Además de las coberturas tradicionales se han ido incorporando otras de reciente creación. Algunas de éstas, como consecuencia de acontecimientos surgidos en fechas relativamente recientes. Hacemos referencia a las siguientes:
- Que el alojamiento no se ajuste a lo que se haya contratado.
- Suspensión del viaje por revueltas en el país de destino.
- Suspensión o reducción, del viaje, por causas naturales, (erupciones volcánicas, huracanes, tornados).
- Huelga de controladores, pilotos, etc.)